NACHO EN LA PAZ-BOLIVIA
Casi cuatro horas nos separan de la acorralada ciudad de La Paz en Bolivia, angostas calles y un fresco aire nos dan la bienvenida a una de las ciudades mas altas del mundo. Se siente automáticamente los efectos de la altitud, haciendo más lento y torpe caminar e incluso reaccionar a estímulos como las ya repetidas preguntas del oficial de migración en el aeropuerto El Alto o John F. Kennedy como los orgullosos bolivianos lo llaman (JFK-NYC Airport).
Se llega al aeropuerto el Alto desde donde hay que bajar para llegar hasta el centro de La Paz donde grandes multitudes de personas parecen inundar sus calles vendiendo todo tipo de productos, desde juegos de cartas con fotografías de militares Iraquies hasta terroríficos fetos secos de Llamas o Alpacas (No los distingo cuando están muertos) los cuales son comprados para depositar en los cimientos de construcciones en esta interesante región de nuestro continente.
La Paz reposa en un dramático valle rodeado de rocosas cumbres en cuyas cimas milenarios hielos proveen de un aire fresco y afilado que al momento de entrar en nuestros pulmones nos hace difícil el ejercicio de respirar, como si fuera un espeso pero fresco porcentaje de oxigeno que estamos consumiendo al cual no estamos acostumbrado especialmente si pasamos mas de 5 días en una ciudad contaminada como Santiago de Chile.
Ruidosas calles llenas de todo tipo de autos principalmente Toyota y antiguos buses recorren cuesta arriba sus empinadas calles para conectar una ciudad que pareciera haber decidido crecer olvidando todo tipo de reglas físicas y arquitectónicas, no me refiero al mal diseño sino a lo difícil que debe haber sido quitar territorio a lo que anteriormente fue territorio de cabras que pastaban en empinadas colinas donde hoy solo hay exageradas contrucciones de techos planos y paredes agrietadas.
En la zona donde me hospedé hay todo tipo de hoteles y residenciales, las cuales aun mantienen ese ambiente de hotel barato pretencioso en los cuales los únicos lujos que se ofrecen son Tv por cable y desayuno por un par de Bolivianos.
Un fin de semana que dediqué a caminatas cuidando el ritmo para así prevenir algún inconveniente debido a la altura, a la cual ya estoy acostumbrado dada mis visitas a otras zonas de altura como lo son Cuzco en Perú, Himalayas en la frontera de India y Nepal y Calama en Chile. Caminatas varias diseñé antes de lanzarme a descubrir, visité mercados, una de mis principales atracciones en países donde el comercio se define principalmente en estos informales y coloridos lugares, siendo testigo de que el Español es escasamente hablado al momento de cerrar cualquier transacción logrando incluso que alguien nativo de esta lengua como yo sea encasillado bajo el concepto de extranjero lleno de divisas las cuales hay que gastar a como de lugar.
Día del Mar, si, curiosamente en Bolivia se celebra el día del Mar, festejos que tienen asociado un sentimiento de resignación y una lucha no escuchada en su latosa demanda por costas que hoy en día pertenecen a Chile, de lo cual no me siento completamente en desacuerdo. Podemos decir que este país seguirá siendo así de desordenado y caótico con o sin mar, con las mismas carencias y diferencias sociales con mar o sin mar, con la misma incongruencia política con mar y sin mar (me refiero a la poca definición que existe sobre la decisión de elegir donde finalmente quedará la capital Boliviana).
Sin lugar a dudas me gustaría ver a Bolivia con mar, ver como se abren sus fronteras y sus posibilidades de exportar y recibir bienes sin tener que pasar por un puerto Chileno o Peruano lo cual suma costos adicionales que se traducen finalmente en exagerados precios para algunos productos, idea esperanzadora pero imposible ya que para lograr tan descabellada opción tendríamos que ver Chile dividido geográfica y no muy lógicamente distribuido de Norte a Sur y aplicando ciertas encuestas a chilenos que viven en el norte consultándoles por la opción de convertirse en parte de Bolivia...Como dije idea poco lógica.
Amistosos, si, no sabría decir si fueron señales honestas de vecinos resentidos por problemas originados por nuestros antepasados, lo que si pude comprobar fue el espíritu nacionalista anti-chileno de muchos, incluso de generaciones jóvenes donde el mito urbano dice que los chilenos no son bienvenidos y que en muchas academias militares el entrenamiento dice cada vez que se cargan las armas..."un chileno, dos chilenos, tres chilenos...hasta que no quede mas espacio para balas"
Me fui de Bolivia considerando que fue suficiente un fin de semana en La Paz, obviamente hay más zonas para visitar a las cuales volveré. Me fui confirmando que el odio hacia los vecinos es más que un sentimiento histórico que sabiendo llevarlo hace que el viaje sea algo mas entretenido e interesante de lo que pensé.
Ahhh, olvidé las Cholas, singulares mujeres reinas del comercio, de amplias y particulares vestimentas donde el color y sus combinaciones no es una preocupación, todo esto decorado por un sombrero muy formal donde la regla para su uso es ser experto en equilibrio, algo no tan fácil de lograr en estos parajes donde las superficies que pisas se encuentran en angulos casi rectos.
Esto fue La Paz en dos días...
Vista desde el Alto (Aeropuerto)
Santuario San Francisco
San Francisco
Yo
Tiendas callejeras
No es Valparaiso
Más San francisco
Chola 1
Chola 2
La Chola
Una Chola con su amigo