Thursday, May 14, 2009

NACHO IN UYUNI SALT FLATS – BOLIVIA 2009


Cuatro días son necesarios para llegar al gigante Salar de Uyuni, un viaje que parte en el pintoresco poblado de San Pedro de Atacama en el norte de Chile. La verdad que el viaje puede originarse tanto en el lado Chileno como boliviano.
Muchas son las compañías que operan esta ruta, la recomendación de cual compañía turística sería un tanto sesgada si lo menciono esta bitácora, ya que personalmente no tuve una buena experiencia con Colque Tours porque supongo que TODAS las agencias que operan este trayecto dejarán siempre algunos detalles que harán del viaje un tanto especial, servicios pobres que ofrecen mucho y entregan muy poco, carentes de atención de calidad a los turistas incluidas explicaciones sin fundamentos y poco conocimiento de los lugares visitados, por eso digo, fue mi experiencia, pero sin lugar a dudas que esta percepción puede cambiar dependiendo él chofer de turno.
Una vez en la frontera a más de 3 mil metros de altura comienza la aventura a bordo de un Toyota todo terreno cargado de víveres y equipaje aparte de los siete motivados turistas, incluido yo como copiloto del seudo guía-chofer dimos inicio al un viaje de más de 300 klms por las montañas bolivianas.
Lo interesante del viaje es que uno piensa que la máxima atracción es el Salar de Uyuni, siendo este, la última parada del viaje ya que antes se visitan por tres días hermosos lugares como un interminable desierto rocoso, montañas nevadas, impresionantes lagunas altiplánicas y una vegetación esforzada que lucha cada día por mantener su presencia en tan extremo y desolado paraje.
La primera parada es un lugar muy especial, donde un lago color turquesa resalta dado el contraste arenoso de las montañas, un lugar que te roba el aliento, ideal para pasar el día y disfrutar de un paisaje no muy común a nuestros ojos acostumbrados a grandes ciudades y aglomeraciones.
Pasamos la noche en un pequeño refugio donde la altitud me jugó una mala pasada, donde el dolor de cabeza y vómitos hicieron olvidar todo lo que en el día había visto. Un té de hoja de coca y algunas otras infusiones solucionaron mi problema, logré dormir y estar completamente repuesto al día siguiente.
Continua el viaje, pasamos por pequeños pueblos los cuales no recuerdo de nombre pero si de sensaciones, el aislamiento y lo pintoresco de estos lugares quedaron grabados en mi retina, personas amables cuyos únicos extraños que conocen son los turistas y viajantes que cruzan sus vidas por cortos 20 minutos cada día.
Llegando al Salar de Uyuni nuestras expectativas de ven cumplidas, este lugar no existía ni en mis sueños, no logro entender como un lago de grandes dimensiones alguna vez existió donde me encontraba parado, está gran superficie de sal cuya elevación supera los 2 metros sobre el nivel del mar y cuyas dimensiones superan los 11 mil kilómetros cuadrados, sin lugar a dudas impresionan al más experimentado viajero. Dadas las dimensiones y caracteristicas geográficas de este lugar es posible perder el sentido de la orientación, una vasta planicie blanca y un horizonte infinito nos permiten apreciar lo pequeños que somos y los poderosa que son las fuerzas de la naturaleza, donde la evaporación terminó con un lago de dimensiones oceánicas y lo convirtió en paraje difícil de comparar con un paraje terrícola.
Como señalé anteriormente, los operadores son muchos y al momento de elegir es bueno consultar a otros turistas que estén llegando del viaje, informarse de precios y lo que incluyen y aceptar que dependerá del conductor el tiempo que estemos detenidos fotografiando las atracciones del camino.
Iré a Uyuni en Diciembre por si alguien se anima, está vez me prepararé con hojas de coca evitando así el maligno mal de altura.
Llegar: LAN y Sky Airlines vuelan a Calama desde donde un transfer hace la conexión con San Pedro de Atacama.
Dormir: Recomiendo esta vez Casa Adela, muy acogedor atendido por sus dueños los cuates te hacen sentir como en casa, habitaciones amplias y un buen desayuno para comenzar el día.